RINCÓN LÍTÚRGICO #5: EL CRISTO DE SAN DAMIÁN

 


El Cristo de San Damián.

Seguro que hemos visto la imagen del Cristo de San Damián en la sala de reuniones de nuestra parroquia, este año 2024 también protagoniza los calendarios de nuestra parroquia. Se trata de una imagen de Cristo crucificado, pero por su estilo románico, se presenta como Cristo glorioso.
Originalmente fue pintada en tela, por una autor desconocido poco después del año 1100, y fue pegada en madera con destino a la iglesia de San Damián en Asís (Italia). 

El autor de esta obra no sólo ha representado a Cristo, sino que ha expresado en las imágenes que rodean al Señor, gran parte de la fe cristiana. 
Se inspira en muchos pasajes y textos del Evangelio de San Juan.

Significado de la imagen del Cristo de San Damián.

La imagen de Cristo es la de mayor importancia, pues es la de mayor tamaño, se sitúa en el centro, delante del resto de personajes y está repleta de luz. Detrás de sus brazos y pies el color oscuro simboliza la tumba vacía.
Según el estilo románico, Cristo no aparece colgado, sino más sobre la cruz, como si este fuera su lugar natural, o su trono. Los brazos extendidos parecen querer abrazar al mundo entero al mismo tiempo que manifiestan la acogida que brinda a todos. Las manos miran hacia arriba y nos invitan a mirar hacia el cielo. La corona de espinas ha sido sustituida por una corona o aureola de gloria, recordando así que todos los sufrimientos serán un día cambiados en gloria.
El rostro de Cristo es sereno y sosegado. Aunque tiene las heridas de la crucifixión y de la muerte –como la lanzada en el costado- sin embargo es un Cristo vivo, que con sus ojos abiertos nos invita a mirarle.

Significado de las imágenes que rodean a Cristo.

Justo encima de la corona de gloria encontramos la inscripción que mandó poner Pilatos:
 Iesus Nazarenus Rex Iudeorum
 es decir :”Jesús Nazareno, el Rey de los Judíos”.

Sobre este texto, un círculo, y en el círculo un personaje, que con su gesto, su mano levantada, parece subir. Se trata de Cristo en su ascensión al cielo. Lleva el recuerdo de la Cruz, signo de su triunfo. A izquierda y derecha aparecen unos ángeles que contemplan alegres esta subida de Cristo.
La mirada de Cristo en su ascensión está dirigida hacia el Padre que aparece en el semicírculo superior. Se trata de un semicírculo, pues a Dios nadie lo ha visto, aunque se nos ha revelado. Los dedos extendidos del Padre, por un lado indican que lo ha enviado al mundo, y por otro que lo recibe en gloria.
Aparece así la imagen completa de la Trinidad pues según el IV concilio de Letrán, (celebrado en tiempos de Francisco) el Espíritu Santo es llamado el dedo de Dios.

Los brazos de la Cruz

Debajo de cada mano y antebrazo de Cristo hay dos ángeles que reciben la sangre de Cristo. En los extremos de los brazo, dos personajes que llegan y que señalan la oscuridad que hay detrás de los brazos. Quizás las mujeres que acuden al sepulcro el día de la Resurrección.


A los lados de Cristo.

A derecha e izquierda de Cristo encontramos cinco personas. Sus nombres figuran al pie de cada una de ellas.  A la derecha de Cristo están María, su Madre, y el apóstol san Juan. La mano de María en el mentón es signo de dolor en la iconografía y al mismo tiempo de asombro y reflexión. A los pies de María un personaje más pequeño, del que podemos leer su nombre: Longinos, el soldado romano que con la lanza en la mano atravesó el costado de Cristo. En lado izquierdo, dos mujeres, María Magdalena y María la Madre de Santiago. María Magdalena también tiene la mano izquierda en el mentón. La mano la otra María es una invitación a la esperanza en la Resurrección. Junto a las dos mujeres, un hombre: el centurión. Parece sostener en su mano izquierda el rollo en el que estaba escrita la condena, y con los tres dedos levantados de su mano derecha, indica su fe en la Trinidad. Por encima de su hombro asoma la multitud de creyentes. Al lado de las piernas del centurión, un persona más pequeña, que apoya su mano en la cadera, y que por sus vestidos y su actitud desafiante, quizás pueda ser el jefe de la sinagoga.

A los pies de Cristo.

Encontramos a Pedro que tiene unas llaves, y a Pablo. Esta parte de la cruz está muy dañada y parece que originalmente podría haber habido otros personajes, quizás San Damián, patrono de la iglesia para la que se pintó, o/y San Rufino, patrono de la catedral de Asís. Sobre ellos se derrama la sangre de los pies de Cristo. Como se ve, la llamada Cruz de San Damián a la que San Francisco tenía una gran devoción, tiene una gran densidad de contenido teológico: además de la evocación del misterio trinitario, Cristo aparece muerto y resucitado, y rodeado de un pueblo representado por los distintos personajes.






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