RINCÓN LITÚRGICO #27: LAS CELEBRACIONES LITÚRGICAS


Resumen de la charla de don Juan Manuel Sierra López, 

profesor de liturgia en la Facultad de San Dámaso, 

en nuestra parroquia el 8 de junio.

Hablamos de la liturgia que, de una manera aproximada, podemos decir que comprende todas las celebraciones que se realizan en una parroquia y de modo muy especial la celebración de la Eucaristía.

DE LOS PRIMEROS TIEMPOS...

Si nos remontamos a los primeros tiempos cristianos, estos se reunían con la intención de orar y celebrar la Eucaristía. Al principio las celebraciones eran presididas por el obispo. Con el paso del tiempo y la extensión de las comunidades cristianas, se hace necesario que haya presbíteros que presidan la celebración. 

La celebración presidida por el obispo, muestra simbólicamente, de una manera más clara, la presencia de Jesús en la celebración.

...HASTA HOY

Hoy día, sobre todo en ciudades, con la multiplicación de las misas, es posible asistir a una u otra celebración según nuestra disponibilidad de horarios. Esto supone una facilidad para asistir a la celebración, una riqueza en cuanto a diversidad. Sin embargo existe el peligro de que perdamos el sentido de comunidad, la cercanía. Ya no nos sentimos miembros de una familia en la que nos conocemos, sino participantes en un acto en el que coincidimos con otras personas en el deseo de celebrar la Eucaristía.

Esta facilidad para asistir a la celebración de la misa, lleva en algunos casos a un cumplimiento por la simple razón de cumplir lo mandado, sin que se llegue a disfrutar la celebración. Hay que tener en cuenta que la celebración de la misa es encuentro con Dios, pero también encuentro con la comunidad (la dimensión vertical y horizontal, no deben faltar). Un autor dirá que: algunos cristianos van a misa a “esperar a que termine”. 

¿QUÉ ES LA LITURGIA?

La liturgia es la realización del sacerdocio de Cristo.

 Cristo continúa realizando su redención a través de los ministros de la liturgia. En toda celebración litúrgica, hay un aspecto ascendente y otro descendente.

- Ascendente: elevamos nuestras oraciones a Dios, …

- Descendente: Dios derrama su gracias, nos hace hijos de Dios, …

Entre las celebraciones que se realizan en nuestras parroquias y que más bien hemos de considerar “para-litúrgicas”, (parecido=parecido) destacamos los sacramentales, como bendiciones, oraciones (viacrucis, rosario), exequias (considerados todos los ritos, aunque no se celebra la misa).

Volviendo a acciones litúrgicas propiamente dichas, las principales son: la celebración de los sacramentos, y especialmente la celebración de la Eucaristía. No nos olvidamos que la Eucaristía es el culmen de la vida cristiana. Sin embargo, de una manera personal, el bautismo es para cada uno de nosotros la puerta de los demás sacramentos, y el inicio de nuestra vida cristiana. La misa, ofrecida por los difuntos, es la mejor “oración” que podemos realizar.

La liturgia no es nunca algo privado, sino que es algo comunitario. Conviene aclarar a propósito de esto que el sacramento de la penitencia, que nos puede parecer algo privado, pero en realidad lo que se celebra es algo que afecta a toda la Iglesia. Esto se ve más claro en la celebración comunitaria de la penitencia, donde la preparación y acción de gracias es comunitaria, aunque la confesión de los pecados y la absolución sea personal.

La liturgia va marcando toda la vida de la parroquia en varios ritmos:

- DIARIO: porque todo el día debe estar marcado por la presencia de Cristo, especialmente con la celebración de la misa. Los primeros cristianos rezaban el padre nuestro tres veces al día. En la liturgia romana se reza el Padre nuestro en tres ocasiones: Laudes, misa, y vísperas. Personalmente, cada uno podemos rezarlo todas las veces que queramos.

-SEMANAL: que viene marcado sobre todo por el domingo. La exhortación “Dies domini” del Papa San Juan Pablo II es un tesoro y merece la pena leerla. Cuando realmente no podemos asistir a misa, hay que mantener el deseo, hay que tenerlo presente (además de hacer todo lo posible por asistir).

- ANUAL: que va siguiendo las celebraciones del año litúrgico: Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua, y todas las demás celebraciones.

- PERSONAL: a estos ritmos litúrgicos objetivos, hay que añadir y tener en cuenta el ritmo personal, porque cada persona tiene un ritmo vital en el que cada uno vamos haciendo nuestra la redención de Cristo. La comprensión y vivencia del misterio cristiano no la realizamos ni en un día, ni en una semana, ni en un año. En cada ocasión, vamos profundizando y haciendo nuestro este misterio.

La liturgia de aquí de la tierra, podemos pensar con razón que terminada nuestra vida aquí en la tierra, continuaremos, en cierto modo en el cielo la liturgia que aquí celebramos.

PREGUNTAS DE LOS ASISTENTES

Durante la misa, en las palabras de la consagración se dice que la sangre de Cristo es derramada “por muchos”. ¿No se debería decir “por todos” como decían las traducciones antiguas?

En arameo no existe la expresión “por todos”; “por muchos” tiene el significado de “todos”. Las traducciones desde todos los tiempos al griego, más tarde al latín, se traduce “pro multis”. Es decir una traducción literal. El “todos” se introduce con la reforma del Vaticano II buscando que sea más fácilmente comprendido (recordamos que es el momento en el que se comienza a decir la misa en lenguas vernáculas, por lo tanto, se busca que se entienda). El Papa Benedicto decidirá que recuperemos el término “por muchos”. Este cambio no afecta al significado que sigue siendo por todos.

Preguntamos por la parábola de los siete hermanos que fueron falleciendo y después de contraer matrimonio con la viuda.

Don Juan Manuel nos dice que las relaciones humanas entre nosotros son transformadas. En realidad, lo que dice esa parábola es que no podemos aplicar las categorías humanas a las realidades eternas.

Las cosas de Dios llevan su tiempo. Dios tiene sus momentos.

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