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Terminada la liturgia de la Palabra, se realiza el ofertorio, y la oración sobre las ofrendas , el prefacio, el Santo, la plegaria eucarística. Recibimos la comunión
NOS DISPONEMOS A TERMINAR LA CELEBRACIÓN
Después de recibir la comunión el sacerdote nos invita a orar puestos de pie. Es la oración final. El sentido de esta oración suele ser de acción de gracias y de petición a Dios para que la Eucaristía que estamos acabando de celebrar dé fruto.
TERMINAMOS CON LA BENDICIÓN
La bendición que nos da el sacerdote es nombre de Dios y por ello no puede faltar la formula trinitaria: “En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”.
A la bendición se responde diciendo “amén”.
PODÉIS IR EN PAZ
Esta es la manera en la que se despide a los que han asistido a misa. A lo que respondemos: “Demos gracias a Dios”.
En la mayoría de las celebraciones se ha introducido la costumbre de terminar con un canto a la Virgen. Si es así, lo correcto es que nos quedemos hasta que termine ese canto, aunque el sacerdote es posible que se retire del altar y de la misma nave de la iglesia.
UNA BUENA COSTUMBRE
Una buena costumbre es permanecer en nuestro sitio para alargar un poco nuestra acción de gracias. Aunque no lo hagamos así, sí que tenemos que evitar dar conversación a otras personas que quizás quieran prolongar un poco más esa acción de gracias.
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