¿QUÉ ES UN OBISPO?

 

En primer lugar, el obispo es verdadero sucesor de los apóstoles.

El nombre de obispos procede de la palabra latina “episcopo” que a su vez procede de la palabra griega ”epískopos” que significa, “el que vigila”. 

Las primeras comunidades cristianas están dirigidas por “episcopos” que los apóstoles han escogido y dejado como guías y cuidadores de aquellos primeros cristianos. (Hech. 20, 28; Flp. 1, 1: 1 Tim.3,2 y Tito 1,7).

San Clemente Romano (+ 97) nos deja un testimonio de cómo obraron los apóstoles en la elección de los primeros obispos: “Para que continuasen después de su muerte la misión a ellos confiada, encargaron mediante una especie de testamento a su colaboradores más inmediatos que terminaran y consolidaran la obra que ellos habían empezado”.

De este modo, la sucesión que viene de los apóstoles, se mantiene -en la Iglesia Católica, Anglicana, Ortodoxa y algunas iglesias luteranas- a través de una cadena ininterrumpida a lo largo de los siglos. Para las primeras comunidades cristianas, es muy importante esta sucesión con origen apostólico (y en último término en Jesús) porque ello es “garantía” de fidelidad a la enseñanza de los apóstoles y en definitiva a Jesús.

Los presbíteros (que de ordinario llamamos sacerdotes) son elegidos por los apóstoles, o por sus sucesores, los obispos, para que colaboren con él en el cuidado de las comunidades cristianas. Esto sucede sobre todo cuando las comunidades crecen y se hacen tan numerosas que el Obispo no puede llegar a todos. Según va creciendo en número de cristianos, y sobre todo extendiéndose por diversos territorios, los presbíteros, son enviados por el obispo para que puedan celebrar la eucaristía y los demás sacramentos. El presbítero por lo tanto, es enviado del obispo y actúa en su nombre, mientras que el obispo es sucesor de los apóstoles, y a través de ellos, enviados de Jesucristo.

¿Por qué la misa del Obispo es tan importante?

Según todo lo anterior, cuando un obispo celebra la misa, lo hace cumpliendo el mandato del mismo Jesús –recibido a través de los apóstoles- “haced esto en memoria mía”.

Si bien la misa celebrada por cualquier sacerdote, es verdadera presencia de Jesucristo y celebración de su pasión y muerte, cuando está misa es celebrada por un obispo, el signo de la presencia de Jesucristo aparece más claramente por esa relación del obispo con los apóstoles.

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